Mario Alonso Puig, médico y experto en liderazgo, habla de desarrollo personal y de cómo llegar a ser un buen líder.

Mario Alonso Puig tomó la decisión más importante de su vida hace veinte años cuando dejó de ejercer la medicina para ayudar a los demás de otra manera. Ahora, en 2022, imparte conferencias sobre capacidad de desarrollo, felicidad, liderazgo, creación de equipos y alto rendimiento en entornos de presión. Con un discurso preciso y didáctico, consigue que las personas sustituyan la palabra fracaso por oportunidad.

La mayoría de la gente tiende a desanimarse tras una equivocación, y más si es una decisión que afecta a su vida laboral o personal. Por eso, al experto en liderazgo le gusta rescatar la popular frase: “Un triunfador es un fracasado que nunca se dio por vencido”. Alonso Puig también invita a reflexionar sobre la felicidad, la meditación y el mindfulness. Un estado de paz y bienestar que no se alcanza con éxito ni con dinero: “El secreto de la felicidad es aprender a amar”. El ser humano parece haberlo olvidado porque se ha acostumbrado a ser egoísta moldeando al de enfrente.

#Felicidad #MarioAlonsoPuig2022 #serfelizesgratis

Ver vídeo principal: https://youtu.be/KYnZ7M4_bpQ

Suscríbete a nuestro canal de YouTube: https://www.youtube.com/user/gcomunidadesceu
Síguenos en Twitter: https://twitter.com/fundacionceu
Síguenos en Facebook: https://www.facebook.com/fundacionceu/
Síguenos en Instagram: https://www.instagram.com/fundacion_ceu
Escucha los podcast en: https://haciendotepreguntas.abc.es/podcast

TRANSCRIPCIÓN:

¡Hola! Me llamo Mario Alonso Puig, de profesión médico, especialista en cirugía general y aparato digestivo. Llevo muchos años investigando la conexión entre ciencia y humanismo y vengo a Haciéndote preguntas para hablar de liderazgo.

– Para mí Cristiano Ronaldo es un líder porque quiero ser como él.

– Rodrigo, ¿qué tiene para ti Cristiano que haga que quieras ser como él?

– Que es muy bueno en fútbol y dona dinero a los niños pobres.

– Pues mira tú mismo estás describiendo dos características muy importantes en el liderazgo. La primera es que tienes que ser competente en algo, es decir, lo que haces lo tienes que hacer bien, si no los demás porqué van a querer seguir tu ejemplo. Cristiano es uno de los mejores jugadores que hay en el mundo. Y luego también describes una característica de las personas que hacen un liderazgo basado en el servicio, es decir, que no solo les importa su fama, no sólo les importa su prestigio, que los demás quieran ser como él o como ella, sino que también quieran hacer algo por los demás. Pues fíjate, aquí tienes dos características para que tú puedas ejercer el liderazgo en tu colegio, donde estés a lo largo la vida: primero ser bueno en lo que haces y segundo, que por brillante que seas en la vida, por grande que sea el éxito que alcances, que nunca olvides a los demás. Entonces estarás liderando. Estarás liderando por que las personas verán en ti un ejemplo, verán en ti una guía, y querrán de alguna manera parecerse a ti. Y en ese quererse parecer a ti ellos crecerán.

– En la series y en las pelis hay un personaje que destaca más sobre los demás, ¿ese es el líder?

– Déjame que te haga una pregunta, Rodrigo. Porque creo que lo que dices es verdad, que siempre en las pelis hay alguien que destaca.  ¿A ti siempre te gustaría ser como la persona en la peli que destaca? ¿O hay veces que la persona que destaca no te gusta?

– Hay veces que la persona que destaca no me gusta.

– Bueno, pues efectivamente, líder es la persona capaz de influir, capaz de tener un impacto en los demás, y es verdad que en las películas vemos personas –en este caso personajes–, que sí tienen un impacto, pueden tener un impacto favorable, ¿porqué? Porque les ayuda a mejorar su situación, a llevarse mejor entre ellos; pero también vemos personas que destacan, capaces de influir, y sin embargo que están dirigiendo una banda o atracando un banco. Y decimos hay algo de esta persona que sí me atrae que es su capacidad de influir en los demás, su capacidad de impactar; pero no todo en esa persona me atrae. Entonces, efectivamente en ambos casos, tanto aquella persona que influye en otros para conseguir algo extraordinario como aquella persona que influye en otros para conseguir algo que no es correcto, ambos están actuando como líderes. Pero no todos son el tipo de líder que nos gustaría ser.

– Yo quiero ser un líder, ¿cómo lo hago?

– Pues mira, Rodrigo, yo creo que tú ya eres líder. Uno, por sorprendente que parezca, nace siendo líder. Lo que pasa es que no se lo cree. Y va. de alguna manera. reduciendo sus talentos. reduciendo sus capacidades. pensando que ser líder no es algo que le corresponde. que le corresponde a otras personas. Es decir, lo único que tienes que hacer es favorecer que ese liderazgo que ya está en ti empiece a aflorar y empieza a florecer. Por eso no pienses que el liderazgo es un “yo tengo que hacer esto y esto para para ser esto otro”. No, tú ya eres ese líder. Lo que tiene que hacer es vivir de acuerdo a quién eres.

–  Mario, ¿Cualquier persona puede ser un líder?

– Tú sabes que hay una discusión que es muy habitual, ¿el líder nace, el líder se hace? Etcétera. Yo creo que el líder se entrena. Todos nacemos con un potencial, un potencial de inspirarnos y de inspirar a otros; pero no todo el mundo realiza ese potencial, no todo el mundo desarrolla esa capacidad que tiene en su propia esencia. Entonces, es un camino. Es un camino no para ser quien no eres, sino para ser quién estás llamado a ser. Entonces yo te diría que sí, que por supuesto, que todo el mundo es líder, no todo el mundo vive el liderazgo, no todo el mundo actúa desde lo que es.

– ¿Qué define a un líder?

– Fíjate, muchas veces se piensa que el líder empuja, que el líder tiene que mandar y no que el líder atrae. Para mí no es un push, es un pull, no es un empujar, es un tirar. ¿Porqué atrae un líder? Un líder atrae primero por la visión que tiene, es decir, vive con un nivel de ilusión porque es capaz de visualizar una posibilidad que sería buena para muchas personas. En segundo lugar, es una persona que es competente, por eso la gente le escucha. Sabe de lo que habla, no simplemente opina. En tercer lugar, es una persona coherente. Ten en cuenta que muchas veces la incoherencia es lo que mata todo. Dices tú: “me está diciendo una cosa y está haciendo la opuesta”. Por otro lado, es una persona empática, es cercana. Eso te genera confianza, porque te puedes abrir a esa persona. Nunca está intentando mostrarse como superior a ti o en conocimiento o en virtud. Entonces, yo diría que visión inspiradora, competencia, coherencia, carácter y química.

– Mario, abandonaste la medicina para convertirte en un ensayista de éxito y en un líder motivacional, ¿cómo fue ese cambio? ¿tuvieron tus pacientes algo que ver?

– Sé, yo tuve la suerte de que mis pacientes, mis enfermos, cuando yo tenía conversaciones con ellos, empezaron a decirme que la conversación que tenían conmigo, de alguna manera, les estaba mejorando más allá de lo puramente físico, que les estaba ayudando a ver las cosas desde otra perspectiva, que su propia vida estaba cambiando y que les sorprendía muchísimo. Bueno, yo me alegraba porque me parecía que era lo normal, ¿no? reducir su tensión, reducir su nivel de ansiedad… Pero me lo dijeron de tal manera que llega un momento en el que algo muy profundo se movió en mi interior. Ellos me dijeron que lo llevará a las empresas, que puede dar muchísimo a las empresas, que es una pena que sólo estuviera esto dentro de las paredes de un hospital y porque ellos lo dijeron yo decidí seguir su propuesta. Aquello fue creciendo, fue creciendo, llegó un punto en mi vida en el que ya vi que no podía estar en los dos campos al nivel que me exigían los dos campos. Entonces tomé la decisión más difícil de mi vida, próximamente hablando, que fue dejar la cirugía. Y te puedo decir, hoy han pasado más de 20 años, que me sigo sintiendo igual de médico, igual de médico, simplemente ejerzo la medicina de otra forma.

– Mario, ¿necesita un líder estar motivado? y si es así, ¿cómo se mantienen los líderes motivados a sí mismos?

– Lo que creo es que la persona que elige ser líder encuentra su motivación fundamentalmente en el servicio. Incluso cuando no le apetece, cuando no tiene ganas, cuando está cansado, cuando está cansada, duele la cabeza, la motivación la saca porque es consciente del bien que puede hacer a los demás. Y por eso no es una motivación simplemente como sentimiento, estoy ilusionado: “pues hoy, mira, voy a hacer cosas estupendas para ayudar a otras personas”. No, no. “Hoy me siento fatal pero tengo la motivación suficiente como para hacerlo aunque no me sienta con ganas de hacerlo”. Atribuimos demasiado poder a los sentimientos y demasiado poco poder a las elecciones. Para mí un líder es una persona que vive no de acuerdo a lo que siente, sino de acuerdo a lo que elige. Por eso, de cara al exterior puede parecer “oye, siempre está motivado, siempre está ilusionado”. No, siempre tiene un motivo para hacer lo que hace.

– Las personalidades que llegan alto y hacen avanzar a las sociedades asumen riesgos y se equivocan. Mario, ¿qué podemos hacer para fomentar una cultura del atrevimiento?

– Dori, yo creo que esa es una pregunta de enorme calado, porque todos sabemos que la senda del éxito está llena de errores. Me gusta recordar una frase que es “un triunfador es un fracasado que nunca se dio por vencido”. Entonces, ¿qué es lo que evita que sigamos intentándolo? ¿Que es lo que evita que nos arriesguemos cuando no podemos controlarlo todo, cuando estamos en un inicierto? Yo te diría que la conexión que establecemos en nuestra mente. Una conexión que hace que los errores los veamos como fracasos. Y cuando un error lo ves como un fracaso, es como si vieras que está definiendo lo que tú eres, un fracasado, una fracasada, y no, lo que ha sucedido un error. Uno de los más grandes cirujanos cardíacos de la historia, el profesor Cosgrove, revolucionó la cirugía cardíaca precisamente por su forma de relacionarse con los errores. Y él decía: “un fracaso es sencillamente un error del que no has aprendido nada”. Fíjate qué curioso, cuando yo cometo un error, que lógicamente nadie comete errores a propósito, cuando cometo un error y empiezo a atacarme, a considerar que si he cometido ese error es porque soy torpe, porque me falta capacidad, porque… en fin, por todas estas cosas, activo unos núcleos en el cerebro, los núcleos amigdalinos, que tienen la capacidad de bloquear el hipocampo. El hipocampo, que está prácticamente al lado de núcleos amigdalinos, en el lóbulo temporal, el hipocampo es fundamental para aprender. ¿Cómo voy a aprender si estoy evitando o privándome de la posibilidad de hacerlo? Entonces, yo creo que es cambiar por completo nuestra relación con el error. William James, el padre de la psicología anglosajona, dijo: “Eres tú, con tu forma de hablarte, el que determina si cuando te caes, te caes en un bache o en una tumba”. Hay que cambiar por completo nuestra asociación error igual a fracaso, porque eso es lo que evita que sigamos intentándolo. Y en el fondo, el error es algo que te enseña y te ayuda a hacer las cosas mejor la próxima vez.

– ¿Es verdad que creemos que tomamos las decisiones desde la cabeza, cuando en realidad las estamos tomando desde el corazón o incluso desde el estómago?

– Bueno, ese es un punto fascinante que a mi desde luego me tiene apasionado desde hace muchos años. Siempre habíamos considerado que el cerebro era el que mandaba. Hoy sabemos que la conexión es como un triángulo: cerebro, corazón, tubo digestivo. Es decir, el tubo digestivo está interactuando constantemente con el cerebro y cambiando procesos mentales. Una alteración significativa del funcionamiento del tubo digestivo puede traducirse en cuadros de ansiedad y cuadros de depresión. Hoy no tenemos que pensar, desde mi punto de vista, en temas separados, sino en grandes sistemas que están interconectando e interconectados. Entonces, de alguna manera, todo está afectando nuestra toma de decisiones.

– Se suele decir que siempre hay dentro de cada uno de nosotros, dormido, un enorme potencial, pero, ¿cómo desarrollarlo en un contexto tan difícil como el que nos ha tocado vivir?

– Fíjate, yo te diría ante tu pregunta lo siguiente, las circunstancias que hemos atravesado y estamos atravesando, son circunstancias muy difíciles para la mayor parte de las personas. Creo que los seres humanos cometemos un error, que es que damos demasiado peso a lo exterior y demasiado poco a lo interior. Es decir, a nosotros nos empequeñecen las complejidades de las circunstancias externas y no nos damos cuenta del enorme potencial que tenemos dentro, el que podemos generar condiciones capaces de transformar esas circunstancias. Entonces, yo te diría que en estos momentos lo más importante es la fe. La fe que no es un atributo de la razón, es un atributo de la voluntad. Si fuera la razón no haría falta tener fe, porque estaría claro lo que es. Yo elijo tener fe. Fe en este caso en el potencial de los seres humanos, sobre todo cuando estamos juntos, en que dentro de nosotros hay recursos que precisamente salen en medio de los desafíos. Pero si la conversación que tengo yo es una conversación: “Mario tú no puedes. Mario esto es demasiado difícil. Uuh, tú que vas a hacer, no se qué, tal cuál”. Es mi propia conversación, es mi forma de hablarme, la que bloquea la expresión de ese potencial.

– Todos queremos ser felices, ¿cuál es el secreto de la felicidad que me atrevo a afirmar que tú lo sabes?

– Me gustaría casi preguntarte qué te atreve a afirmar eso. En fin, te responderé a tu amable pregunta. Considero que el secreto de la felicidad es aprender a amar, pero no el amor que atribuimos o que conectamos con un sentimiento: “yo te amo porque siento ese cariño hacia ti”. Yo hablo de un amor que es un amor sin condiciones, un amor un gratuito: “yo te amo porque elijo, elijo vivir así”. Es como un árbol. Un árbol sabemos que libera oxígeno y nosotros necesitamos oxígeno para respirar. Un árbol no se plantea si la persona que está debajo se merece o no el oxígeno. Él es así. Entonces, yo creo que la dificultad para ser feliz estriba en que no sabemos amar. Nuestro amor se convirtió en un trueque: “yo te quiero si eres como tienes que ser”. No: “yo te amo por quién eres, independientemente de cómo seas”. A mi me parece que esa es la gran asignatura, por eso decía, para mí con increíble sabiduría, San Pablo: “al final se nos examinará en una sola asignatura, nuestra capacidad de amar”. Y muchos de nosotros o nos espabilamos o vamos a suspender, porque solo amamos a la persona que nos parece digna de ser amada. Me gusta recordar a una frase de Paulo Coelho que decía: “ámame cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito”.

Compartir

Send this to a friend