Albert Espinosa perdió una pierna, un pulmón y un trozo de hígado a causa de un cáncer que le diagnosticaron con 13 años. Después de una década de hospital en hospital, este guionista y escritor consiguió superar la enfermedad, pero aquella etapa le dejó marcado para siempre.
La historia de ‘Pulseras Rojas’ es la que vivió nuestro protagonista durante los diez años que estuvo en el hospital. Allí, Albert conoció a otros 67 niños que, como él, se encontraban librando su particular batalla contra el cáncer. Todos tenían entre 10 y 16 años y el único que sobrevivió fue él. Albert reconoce que “lo más difícil de mi vida ha sido entender por qué solo lo conseguí yo”.
Todos esos niños elaboraban una lista de deseos. Y Albert, que los recogió todos, se ha encargado de ir cumpliéndolos uno a uno. Aunque el más repetido fue “que alguien cuente nuestra historia para que nadie tenga miedo de venir a vernos”. Por esta razón, este guionista decidió hacer “la serie que reflejase nuestra vida”.
Para Espinosa, aquellas vidas que vio marchar “nunca me han parecido tristes. He tenido la gran suerte de repartírmelas. La pena es que ninguno pudo ver todo lo que creamos con nuestra historia”.
Aquella etapa fue un aprendizaje continuo para Albert Espinosa. Aunque no lo parezca, al principio tuvo muchas dudas y miedos. No sabía si le cortarían la pierna, cómo quedaría o cómo era la quimioterapia, pero su médico le ofreció una solución para todo eso. Una noche, le llevó una libreta y le dijo a Albert que apuntase las cinco preguntas que tuviera cada día y que después buscara en el hospital a cinco personas que se las pudieran responder. “Yo le pregunté por qué quería que hiciera eso y me contestó que los miedos son dudas no resueltas”. Por eso siempre dice que hacernos preguntas es la base del mundo.
Impresiona ver la positividad con la que Albert afronta situaciones que para muchos serían muy difíciles. Él nos enseña que también se aprende de enfermedades tan duras como el cáncer. “Todas las personas que están en un hospital ahora mismo están alumbrando el mundo. Para muchos son enfermos. Para mí son sabios; te cuentan cosas maravillosas”.
Todos estamos obligados a convivir con el dolor y la tristeza, pero el humor es clave para Albert Espinosa. “Cuando me cortaron la pierna, la enterramos. Por eso soy de los pocos que puede decir que tengo un pie en el cementerio. Y, además, tengo el premio añadido de que, como me cortaron la izquierda, siempre me levanto con el pie derecho”, cuenta Albert con media sonrisa. “Si te dicen que mañana te cortan la pierna, seguro que encuentras 500 cosas negativas. Pero cuando vives con ello, encuentras 500 cosas positivas”, asegura el escritor.
”No existe la felicidad. Existe ser feliz cada día.
Albert Espinosa
Desde luego, Albert es un ejemplo para muchas personas que viven esta enfermedad de cerca. Todos tenemos un familiar, amigo o conocido que sufre cáncer y todos nos preguntamos qué podemos hacer para ayudarlos. Albert siempre dice lo mismo: “Dedícale 15 minutos a la semana. Eso sí, durante los 18 meses que dura el proceso. Así descubrirás la grandeza que hay detrás de una enfermedad. Te contarán tantas cosas que verás tus problemas de forma diferente”.
No hay que pasar una enfermedad para explicar todo lo que Albert nos cuenta. Él cree que también se puede aprender sin necesidad de haber sufrido: “Se trata de empatizar con esos problemas, escuchar y aprender de otros”. Su fórmula secreta es “vivir en tiempos muy cortos, ser muy insistente y luchador, y aceptar que perderás cosas, pero que las ganarás a posteriori”.