José Mota, humorista, habla de la importancia del humor en nuestra vida y defiende que la comedia puede hacer del mundo un lugar mejor.

José Mota entró en un supermercado a comprar naranjas y una mujer le echó en cara que no era tan gracioso como pensaba después de oírle pedir el kilo de fruta. “Pero, señora, ¿quiere que pida las naranjas bailando rap?”. Hace más de treinta años formó el dúo cómico Cruz y Raya junto a Juan Muñoz, y su fama fue in crescendo. Personajes como la vieja del visillo son su seña de identidad.

Aunque trabaja todos los días con la ironía y el humor, Mota es una persona normal que no siempre está de broma. “La gente pasa del amor al odio en ‘cero coma’”. Lo dice porque no todo el mundo reacciona bien cuando lo descubre. “Es como cuando me estoy tomando una sopa en un restaurante y una persona me agarra del brazo y me pide una foto”. Más allá de pasar un buen rato, el humorista defiende que “la comedia puede hacer del mundo un lugar mejor” y que también cumple una función social como el periodismo, el teatro o la literatura al analizar y criticar la actualidad.

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TRANSCRIPCIÓN:

Hola amigos, soy José Mota y vengo aquí a Haciéndote preguntas para hablar de la esencia de la vida, la comedia.

– Tu trabajo es muy divertido, ¿tú supiste que siempre te querías dedicar al humor?

– Tenía la intuición o por lo menos la apetencia de cuando veía cómicos en la tele o gente que hacían cosas divertidas, sentía que aquello era mágico. Entonces yo quería… yo me digo: “no, esto no quiero que se termine”. Porque salía, me acuerdo, Andrés Pajares, Fernando Esteso, Tip y Coll, todos los cómicos que entonces estaban en televisión y yo sentía que eso era magia. Entonces yo lo continuaba en el cole. Me acuerdo con un par de años más que tú, ¿tú tienes ahora? 9, ¿no? 9 años. Me acuerdo que la maestra preguntó en clase de Ciencias naturales “¿para qué sirven los huesos? Entonces yo le dije que era para echarlos al cocido. De aquella la gente se reía, tal y fue como de alguna manera de las primeras catas que yo hice en el terreno del humor.

– Yo me río mucho contigo, ¿de todos estos personajes tú con cuál te quedas?

– La vieja’l visillo, la vieja’l visillo, sí, sin duda porque, yo creo que fíjate Pepe, yo creo que el humor tiene mucho de picardía. Somos un poco malotes. Cuando somos niños ¿qué nos divierte? Pues las travesuras, cuando somos un poco pícaros, malotes. Entonces, la vieja’l visillo es esa señora que yo cuando tenía tu edad iba por la calle andando, entonces miraba a una ventana y veía a una señora que estaba mirando y cuando yo miraba, se escondía, como que no quería ser vista. Y de alguna manera me inspiró el personaje. “No lo cuentes tú, que ya lo cuento yo” y se ponía así la mano en la cara y te daba te daba así como un golpecito como diciendo mejóramelo, lo que te acabo de contar mejóramelo.

Tú no tienes curiosidad por saber, por ejemplo, cuando me ponen pegamentos, narices, pelucas todo eso, ¿cómo es?

– Sí, o sea, de dónde sacan todo eso, todo eso está súper bien hecho, los pelucas y todo eso.

– Mira, las pelucas vienen de Turquía, todo eso viene de Turquía. Y ahora, desde que se enteró la gente que las pelucas vienen de Turquía, se van a Turquía a ponerse pelo todo el mundo. Entonces, ¿qué pasa? que han agotado las existencias. O sea te vas calvo y vuelve más calvo todavía, porque es que no hay de dónde sacar. Están tirando de pelo de oveja merina que lo estaban implantando, pero se nota, se nota. De lejos no, pero ya cuando te acercas ves que aquello canta por soleares y dices no…

– José, ¿qué es el humor para ti?

– Como una torta en el pescuezo que te recuerda, cuando te preocupas en exceso y te tomas demasiado en serio, dice “eres mu tonto, eres mu tonto, no, no, no, no, mira, mira, a través de la óptica de la comedia, mira a través de este cristal y te darás cuenta de que la vida, a pesar de todos los problemas que tiene, y son muchos, tiene una cara amable, tiene una cara divertida”. Y yo creo que con la comedia indudablemente podemos hacer un lugar mucho más agradable, del mundo un lugar mejor.

– ¿Qué es lo mejor que te han dicho a la cara?

– Pues fíjate, recuerdo una vez, comprando en el supermercado, me tocaba ya, mi vez, “¿qué quiere?”, “¿me da un kilo de naranjas, por favor?”. Y había una señora al lado mirándome, y me dijo: “ay, pensaba yo que era más gracioso”. Digo: “pero señora, ¿qué quiere que pida, el kilo de naranjas bailando rap?, ¿cómo quiera que lo pida? Bueno y eso tiene mucho que ver en la manera en que la gente te ha consumido, porque siempre te consumen, de alguna manera, la gente te consume en plano-secuencia humor, en plano secuencia comedia.

– ¿Cómo habéis pasado la pandemia los artistas? ¿Me puedes decir algún caso concreto para que me haga ni idea?

– Bueno, yo personalmente creo que como la mayoría de los españoles, en casa. Y haciendo tours de interior, “viajes halcón”, “halcom-medor”, al comedor, al cuarto de la plancha, al cuarto de calderas… yo he tenido unos tours, vamos, inolvidables dentro de casa. Ha habido un montón de artistas, actores, gente que se dedica, en general, a las artes escénicas, que lo ha pasado muy mal. Y todavía se sigue arrastrando esto ¿no? El hecho de acotar pues la asistencia, que no se podía al principio, al teatro, siendo curiosamente las salas de cine, las salas del teatro, de los lugares más seguros… Pero claro, el miedo es libre, miedo a la gente, la población siente miedo ¿no? Porque… y es tremendo, ¿no? Y bueno, afortunadamente pienso que se va avanzando en este sentido hacia lo positivo y vuelve a asistir la gente al teatro, a los eventos. La gente tiene ganas de vivir como nunca.

– José, eres el 50% de una de las parejas más famosas de la televisión ‘Cruz y raya’, ¿cuál es la fórmula para conseguir un sueño?

– Bueno, yo supongo que éramos, y seguimos siendo, quiero decir, dos personas enamoradas de nuestro trabajo, dos niños que querían pasárselo muy bien y jugar, sobre todo jugar. Y yo creo que tenía mucho que ver con eso.

– José, las coñas ¿las escribes tú o esto cómo se hace? ¿Hay un ejército detrás en la sombra?

– Siempre he tenido un equipo de gente que ha trabajado conmigo. Además que cada uno debe de tener su sitio, hay gente con muchísimo talento que está contigo trabajando y que hay que reconocerle su grandísimo trabajo. Sí, sí, además yo creo en el equipo.

– José, no me puedo ir a Valencia sin que me cuentes, sin que me hagas, alguna de estas coletillas tuyas.

– Fíjate, yo me acuerdo cuando éramos ‘Cruz y raya’ que hicimos aquello de “si hay que ir se va, si no es por no ir” y tal, que era un vigilante en la playa que de repente se estaba ahogando cualquier persona y yo le decía “si no es por no ir, es que hay un horario de ahogo que es de once y media a doce menos cuarto. Son quince minutos de algo en los que la gente verdaderamente se puede expresar con el ahogo libremente y tal. Si yo voy ahora que ya son y diez, voy a tener problemas con los sindicatos. Si no es por no ir”. Bueno decía eso y fue la gente la que me devolvió aquello, ¿no? el “si no es por no ir”. Que me acuerdo que yo levantaba la mano, miraba al reloj, miraba a mi compañero, y decía, había un silencio de tres o cuatro segundos y yo me acuerdo que él se reía por lo bajo. Es que a veces es curioso, los silencios dicen más… porque como en la tele hay ruido constante, de repente cuando no dices nada y no está ocurriendo nada se crea una tensión cómica muy, muy, muy interesante, muy bonita. Y luego están pues, pues, cosas como él “hoy no, mañana” ¿no? que solamente ya con hace así: “hoy no…” y ya está no tienes que decir nada más.

– José, ¿estás cansado de que todo el mundo te pida una gracia?

– No, no, no, no. Más que de que todo el mundo te puede pedir o no una gracia, es depende del sitio, ¿no? Hay sitios donde dices como que no procede, ¿no? He ido a un velatorio… el papá de un amigo fallece. Me encuentro una persona que me dice “joe, le encantas, le encantas a mis hijos, tal, no sé qué, no sé cuántos.” El tío se invita un poquito al humor, pero en la misma sala de velatorio, “Christian, acércate, acércate un momento”. Otro que se llamaba igual que tú. “Acércate un momento. Aquí tienes a tal no sé ¿cómo era eso de ‘hoy no, mañana’”. O sea, está la viuda allí llorando, tú aquí en una situación… Te juro que a veces hay gente muy friki. O estás comiéndote una sopa y de repente la cuchara va a entrar en la boca y te entra una mano que no sabes de quién es. Y sigues “¡pero, pero mira quién es!”. La sopa ha caído ya por aquí, por aquí, por a tal. “Mira , vamos a hacer una foto, vamos a hacer una foto”. Digo: “mire termino inmediatamente que me estoy tomando el este. Espérese un momento y nos hacemos la foto” Pero además, soy una persona que no le he negado, es verdad, a nadie jamás un autógrafo, tal, normalmente a la gente amable. Pero que estás ahí, con la sopa, caliente, te cae todo el caldo entre los dedos, y tal. Y yo me acuerdo que hice, fíjate, este tipo de cosas me inspiraron para “el cansino histórico”. Es muy curioso cómo se pasa del amor al odio en cero coma. Dije: “señora, cuando termine la sopa nos hacemos la foto”. “Buah, pues que se habrá pensado. Venga ya, tal no se qué”. Pro no deja de tener comedia todo.

– ¿Como ves, qué te parece el debate que se genera en estos momentos en torno a los límites del humor?

– Mira, yo creo sinceramente que al humor no hay que tenerle miedo, de verdad. Porque yo creo que una sociedad que abraza el humor es una sociedad más libre y cuando somos libres, somos niños y por tanto somos felices. Y acotar el humor es como querer ponerle puertas al campo. Me parece que no. Cada uno debe tener sus valoraciones, su ética, como cómico, en este caso como profesional y hacer lo que cada uno piense que debe de hacer. La comedia transita ahora mismo por pasillos más estrechos que hace 28 años o 30 años. Pero la comedia se abre se abre paso y se abrirá paso y estará en la mano. Llegarán momentos mucho más relajados. También yo creo que forma parte esto de la madurez social y como las cosas se entienden.

– Oye, José ¿cómo consigues es generar tanta crítica social, tanta crítica política y tan fina y sin ofender a nadie, sin que nadie se enfade?

– Quizá nunca me he creído en derecho, yo, yo personalmente, hablo de mí y de mi trabajo, de cuestionar el lado personal de nadie e intentar no agredir el honor. Otra cosa es que hagas ironía sobre el desempeño público de cualquier persona pública, decir bueno, pues está haciendo un trabajo que me merece hacer ironía o un sketch sobre ello o creo que no estás gestionando bien tu cometido. Entonces sí lo hago, por supuesto, porque también es verdad que el humor tiene que tener un componente comprometido, de compromiso, compromiso social.

– ¿Qué cosas hacen reír a José Mota?

– Lo que creo que a la mayoría de la gente. ¿De qué nos reímos realmente o de qué cosas también nos reímos? Yo creo que nos reímos de las miserias y las ruindades propias, vistas en el de enfrente. O sea cuando alguien va por la calle, tropieza y se cae –entendiendo que no se ha hecho algo grave–, claro, te ríes, te ríes. ¿Porqué te ríes? Porque no eres tú, porque, porque somos un poco malotes, esa persona ha quedado en evidencia delante de los demás. Te produce risa. Otra cosa es que alguien se haga daño, entonces la risa deja paso a la compasión humana, evidentemente. Hice una campaña para los amigos de Eurocaja Rural muy bonita de la España vaciada y demás. Y me acuerdo de que en esa comida, que estuvimos hablando de cómo afrontarla y demás, Enrique, uno de ellos, de los directivos, me contaba algo que me hizo mucha gracia. Que cuando estaba trabajando en una oficina, en una oficina bancaria, entraron a atracar. Entonces a él y a su compañero los pusieron de rodillas “que no me mires”, apuntándole “que no me mires, que he dicho que no me mires y que nadie, ninguno de vosotros dos se mueva de aquí hasta dentro de 20 minutos. Está claro, ¿verdad?” Entonces se iba y dice uno: “perdona y cómo sé yo que han pasado veinte minutos si no llevo reloj, si no llevo reloj”. Y coge el atracador y dice: “es verdad”. Se quita uno de plástico que tenía y dice: “toma, ahí lo tienes”. Y dice el otro, al que se lo dice, “esto ya es otra cosa, así sí”. Quiero decir, es que la vida, la vida a veces te supera, ocurren cosas maravillosas.

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