Sandra García-Sanjuán es la creadora del festival de música Starlite que se celebra desde hace diez años en Marbella en la temporada de verano. Sus dos grandes pasiones, el emprendimiento y la música, le han llevado a alcanzar éxito y renombre internacional con un escenario por el que han pasado Frank Sinatra, Ricky Martin, Julio Iglesias o Aitana. Diez años de andadura marcados por el reconocimiento y la superación de errores.
Sandra García-Sanjuán supo que quería ser emprendedora con tan solo ocho años. Su primer negocio fue vender en el patio del colegio horquillas de pelo que ella misma hacía. Las metía en un fular que extendía a la hora del recreo. Luego, al estudiar Empresariales en la Universidad CEU San Pablo, montó la empresa de representación Avory Celebrity Access y compaginó así trabajo y carrera. “Me dije que tenía que empezar a aplicar todo lo que me estaban enseñando”. El negocio consistía en contratar a artistas para hacer campañas de publicidad. Ella ponía en contacto a las empresas y las marcas con los personajes. La visibilidad de las celebridades mejoraba la venta y posicionamiento de los productos de las marcas, y todos salían ganando”. Le fue tan bien que la empresa perdura y se ha diversificado hasta organizar el conocido festival de música Starlite.
Han pasado diez años desde la primera edición y en el escenario de la Cantera de Nagüeles, en Marbella, han actuado artistas como Frank Sinatra, Ricky Martin, Julio Iglesias o Aitana. Pero no todo fue de color rosa. Los inicios fueron duros. “El primer año de Starlite perdimos hasta la camisa. Nos lanzamos a hacer un festival sin tener la experiencia ni el conocimiento. Lo llenamos como pudimos para vender que fue un éxito de cara a la opinión pública y a los medios”. Sandra y todo su equipo aprendieron la lección y no volvieron a tropezar con la misma piedra: “Los errores acaban siendo las grandes oportunidades”. En la actualidad, Starlite es un éxito real.
”Cuando la gente es feliz, el mundo tiene más luz"
Sandra García-Sanjuán
El éxito de Sandra está en sus dos grandes pasiones: el emprendimiento y su amor por la música. “La música me ha acompañado en los momentos más importantes de mi vida y creo que es el alimento del alma”. La creadora de Starlite llevó ese convencimiento hasta el límite al organizar el festival en 2020, apenas cuatro meses después de la eclosión del coronavirus en España. Un estricto protocolo de seguridad contra la COVID-19 y las ganas de la gente de pasárselo bien volvieron a aupar Starlite a lo más alto del panorama musical y cultural. “Cuando la gente es feliz, el mundo se llena de luz”, asegura esta empresaria de raza.
Ve el emprendimiento como una gran oportunidad de cumplir tus sueños, de bucear y crear proyectos que nadie antes ha intentado. Es una convencida de que ir a contracorriente es la característica más determinante de todo emprendedor.
El miedo no pudo entonces con Sandra ni nunca lo ha hecho. Siempre se ha lanzado a por todas y ha asumido riesgos en sus proyectos empresariales: “Cuando se toman decisiones por miedo, te equivocas siempre. Hay que ir a por los sueños”. La creadora de Starlite ve con tristeza la falta de emprendedores en España, que achaca a una educación basada en la cultura de la seguridad, de que no le pase nada a la gente que queremos. Asegura que es un gran error tener una educación limitante que busca culpables eludiendo cada uno su responsabilidad. Sandra anima a hacerse la pregunta de qué quieres, no dudar e ir a por ello. Esta empresaria entusiasta insiste en que cada uno debe perseguir sus sueños. “La educación de la sociedad está basada en el miedo al fracaso”, asegura la fundadora de Starlite.
En el apartado de renuncias de todo empresario, Sandra no lo ve como tal a pesar de reconocer que siempre quiso ser madre, pero no pudo ser. Ahora, con el tiempo, lo enfoca con una gran humanidad, entendiendo aquello como una situación que le ha permitido cumplir otras misiones en la vida.
La nueva edición de Starlite está a la vuelta de la esquina con un programa de lo más variado: desde Raphael a Camilo, pasando por C. Tangana y Pablo Alborán.