Berta Bernad, pionera de las influencers españolas, abrió su cuenta de Instagram apenas un año después de que sus creadores, Kevin Systrom y Mike Krieger, le diesen vida en internet. Exhibió su mejor cara en Instagram durante seis años mostrando ropa, fiestas y lugares paradisíacos como influencer de moda hasta forzar la sonrisa. La aparente vida de ensueño no le hacía feliz. Se había quedado sin tiempo para los suyos y para sí misma. Una charla con su madre sobre su apatía vital le hizo tomar la drástica decisión de cerrar sus redes sociales, con miles de followers, de un día para otro. “Cielo, ¿por qué no lo dejas? ¿Quiénes son todos esos que te siguen? Ninguno de esos va a hacer nada por ti en la vida real”.
Si antes era instagramer a tiempo completo, ahora capitanea una agencia de marketing trabajando detrás de las cámaras. Logró aprovechar los conocimientos adquiridos en la etapa anterior y su carrera de Periodismo para empezar un nuevo proyecto que le permite disfrutar de los suyos y valorar lo que tiene. Por eso, le gusta decir que prefiere vivir con lo que es capaz de comprar. Bernad insiste mucho en hacer un uso responsable de las redes, siempre supervisado por los padres en el caso de los menores de edad y apuesta por la aprobación de nuevas normativas que las regulen: “Las redes pueden llegar a convertirse en una droga que engancha y multiplica problemas graves de la sociedad actual como los suicidios o los trastornos alimenticios”. Además, lanza una llamada de atención a las tecnológicas multinacionales para que revisen sus protocolos: “Se les ha ido de las manos al no ser capaces de controlar el impacto que ejercen sobre nosotros. Estos altavoces nacieron para unirnos, pero nos están separando”.
Está convencida de que las redes sociales son un fenómeno imparable que ha irrumpido tan fuerte “como lo hizo en su día la imprenta”, por lo que es partidaria de que los influencers sean fieles a sí mismos y no enmascaren la realidad con una felicidad ficticia. No solo ha dado un golpe de timón laboral, sino que también ha escrito un libro: “Mi nombre es Greta Godoy”. Y disfruta más que nunca de familia y amigos: “Todo el tiempo que dejas de dedicarle a tus seguidores, se lo puedes dedicar a tu gente. Ahí está la verdadera felicidad”.