Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, habla del impacto social y la pobreza tras la irrupción de la COVID-19.

Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, ha participado en la elaboración de la primera radiografía social completa de la crisis provocada por la pandemia. Se trata del informe: “Evolución de la cohesión social y consecuencias de la Covid-19 en España”, hecho a medias entre Cáritas y la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de la Sociología Aplicada).

Según este infome, casi dos millones de hogares dependen económicamente de una sola persona con inestabilidad laboral grave. Es decir, que en el último año ha tenido tres o más meses de desempleo o tres o más contratos en empresas distintas. De hecho, Peiro amplía esta información: “La crisis ha afectado el doble a los hogares en los que la sustentadora principal es una mujer y el triple a los de personas extranjeras”.

La secretaria general de Cáritas España llama a la sociedad a mantener el mismo nivel de solidaridad con los más desfavorecidos e incluso a aumentar su compromiso. Es más, advierte que nadie está libre de pasar una mala racha y pedir auxilio en instituciones como la suya: “Cualquiera puede caer en la exclusión social por perder el trabajo, una ruptura familiar o por una enfermedad”.

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TRANSCRIPCIÓN:

Hola, soy Natalia Peiró, secretaria general de Cáritas Española, y vengo a Haciéndote preguntas para hablar de la situación social después de la pandemia.

– ¿Porqué hay personas que tienen mucho y otras no tienen nada?

– Yo creo que lo que pasa, en general, es que hay personas que no tienen las mismas oportunidades que otras. Tú te imaginas qué diferente puede ser haber nacido aquí en España o haber nacido en África, nacer en una familia con los padres con trabajo o que no lo tengan, pues a pesar del esfuerzo de cada uno, que es muy importante para conseguir las cosas que quieres conseguir, hay personas que nos salen del mismo punto de partida, que no empiezan esta carrera que es la vida de la misma manera. Y yo creo que eso es lo que hace que unas tengan más cosas y otras no puedan llegar a lo que tienen otros.

– ¿Hay muchos niños en España que pasan hambre?

– Pues Irene, lo que tenemos que pensar es que hay muchos niños que aunque tengan comida, solamente comen bien cuando comen en el comedor del colegio. En las crisis o en los momentos más difíciles, las familias con niños son las que peor lo pasan, porque los niños necesitan no solo tener comida si no tener material escolar o tener otras necesidades cubiertas. Por eso si me preguntas acerca del hambre en España, no hay niños que mueren de hambre, pero sí que hay niños que pierden muchas oportunidades por falta de una alimentación sana y completa.

– Cada vez veo a más gente en la calle pidiendo y me dan mucha pena, ¿les debería de dar dinero?

– Yo creo que dar dinero, dar un bocadillo o dar una ayuda, ayuda mucho a esas personas, pero los voluntarios de Cáritas, que recorren muchísimo todos los días las calles y se acercan a conocer a esas personas y preguntarles qué les pasa y ver qué tipo de ayuda se les puede prestar, siempre nos dicen que esas personas lo que no quieren es ser invisibles, quieren que les veamos, quieren que les hablemos. Así que yo te animaría que cuando veas una persona pidiendo en la calle te acerques a ella con tu familia y os intereséis por cómo está, cómo ha llegado a esa situación y qué podemos hacer por él.

– ¿A qué os referís cuando calificáis a la sociedad de insegura?

– Pues hablamos de esa parte de la sociedad que por su situación laboral, porque son mujeres solas con hijos a cargo, porque son personas jóvenes que todavía no han asentado una trayectoria laboral que les proteja, que se encuentran en una situación de fragilidad muy especial, que nos dicen cuando hablamos con ellos que cualquier situación: una pérdida del empleo o una ruptura familiar, o una enfermedad, les podría hacer caer en esa situación de exclusión social.

– Natalia, ¿cuál es la escena más conmovedora que recuerdas de los 18 años que llevas en Cáritas?

– Si pienso en conmovedora a nivel personal y casi físico, fue cuando fui a Haití diez días después de que ocurriese el terremoto del 2010. Yo creo que nunca se me va a olvidar el olor, la gente deambulando, la destrucción, y eso yo creo que es una de las cosas que más me ha marcado. Y luego también me conmueve muchísimo ver a todos los voluntarios de Cáritas que conozco en el día a día. Hace poco una mujer de 80 años en Zamora que decía que quería seguir viniendo todos los días a Cáritas a hacer este voluntariado. Y que sus hijos, sus amigas, decían: “pero bueno, ¿dónde vas tú con 80 años teniendo que ayudar a los demás? Tú tienes que cuidarte”. Y ver esa entrega en muchísimas personas, 81 mil voluntarios que hay en Cáritas, pues eso te conmueve y sobre todo te anima a seguir cada día.

– Desde Cáritas decís que la cohesión social ha sufrido un shock sin precedentes, ¿en que se traduce eso?

– Bueno, ha sido una crisis múltiple, una crisis que de golpe ha afectado a lo sanitario, a lo social y a lo económico. Y nosotros hablamos de shock porque después de una situación así es importante ver el mar de fondo que ha quedado después del tsunami.

– Hablemos de exclusión social, ¿a qué colectivo ha afectado más la pandemia?

– Bueno, la crisis ha afectado sobre todo a los colectivos que ya eran más vulnerables antes de la pandemia.Tte voy a dar dos datos, Natalia, para que te hagas una idea. Esta crisis ha afectado el doble a los hogares, a las familias, en los que la sustentadora principal es una mujer, y el triple a los hogares de personas extranjeras.

– Desde hace unos meses, con la excusa de la pandemia, se ha incrementado la digitalización en la gestión de los bancos, sanidad, sustituyendo la atención personalizada por la autogestión online, ¿de qué modo afecta esto a las personas que no tienen acceso a internet?

– Hay muchísimas personas, 800.000 en concreto, que no tienen acceso a internet. También hay 2 millones de hogares en los que o bien no hay dispositivos o bien no hay conexión, o no tienen las habilidades suficientes para hacer estas gestiones. Si queremos que esto no se convierta en el nuevo analfabetismo del siglo XXI tenemos que asegurar esa atención presencial al menos en las gestiones más esenciales para todas las personas que no tienen ese acceso o esas habilidades en internet.

– Hay muchos pobres que lo son a pesar de tener trabajo, ¿porqué?

– La crisis del COVID-19 ha dejado a 2 millones de hogares en esa situación de precariedad laboral. ¿Qué significa esto, ser un trabajador pobre? Pues en la mayoría de los casos, lo que significa es que son personas que para llevar adelante su vida necesitarían trabajar más horas de las que trabajan. Son personas que trabajan a tiempo parcial o que tienen contratos muy temporales y alternan periodos de empleo con periodos de desempleo. Y por eso pues aunque sean personas que trabajan, que todos los días salen a la calle para para sacar adelante a su familia, pues las condiciones laborales o el contrato que pueden tener o que pueden obtener en estos momentos es mucho más pequeño y da menos recursos que lo que necesitarían para vivir.

– ¿Qué estrategias están llevando a cabo las familias para superar esta crisis?

– Las familias suelen acudir primero a la estrategia de gastar sus ahorros. Esto con dos crisis tan seguidas ha sido complicado para muchas familias. La segunda estrategia que suelen llevar a cabo es la de acudir a familiares o a conocidos y la tercera ya es acudir a instituciones como Cáritas o servicios sociales para poder solicitar esas ayudas. Cáritas recibió medio millón de personas nuevas durante el año 2020 que acudían a nosotros para solicitar esas ayudas. Eso es un es un número de personas altísimo, eso es un drama y es también la imagen de lo que ha supuesto esta crisis para muchas personas.

– En tu opinión, ¿qué es lo más preocupante de esta crisis en las familias extranjeras que están en España?

– Ha habido una consecuencia que para nosotros es muy grave, que es la interrupción de muchos procesos de integración de estas personas: se han parado actividades formativas, se han perdido oportunidades laborales que pueden llevar a una mejor situación de estas personas, y luego alguna situación también más dramática que es el hecho de haber caído en la irregularidad por el hecho de perder el empleo durante la pandemia, por las dificultades de renovar los papeles o los pasaportes durante la pandemia… Y otra de las consecuencias muy graves y muy importantes para estas personas es que ellos quedan fuera de todas las ayudas oficiales como el ingreso mínimo vital que salen para las personas españolas o para las personas en una situación regular. El dato general nos dice que uno de cada tres extranjeros se encuentran en situación de exclusión social severa en España, Si tú eres extranjero en España tienes tres veces más posibilidades de vivir esta situación de pobreza que si eres español.

– Bueno, es evidente que todo gira en torno al COVID y los efectos de la pandemia, y con unos efectos realmente dramáticos en muchos aspectos, pero si pudiéramos cambiar la perspectiva y encontrar algo positivo en la pandemia, ¿qué podrías decir?

– La pandemia nos ha vuelto a mostrar la gran solidaridad que tiene la sociedad española. Ha sido impresionante ver la creatividad, la generosidad y el apoyo que ha surgido, yo creo, en todos los ámbitos de la sociedad. Y luego también, como Cáritas, hemos estado viendo muy de cerca cómo estaban las personas que más han sufrido en esta en esta pandemia, y yo creo que un dato positivo ha sido que ha habido un esfuerzo enorme por parte de las personas que peor estaban. Vemos que ocho de cada diez han estado estudiando, saliendo a buscar trabajo, buscando oportunidades… o sea que yo creo que estas dos cosas son muy concretas y muy importantes: la solidaridad de la sociedad y el máximo esfuerzo de todas las personas que han sufrido más la necesidad.

– Es importante ser optimistas de cara al futuro, ¿qué puedes decir que pueda dar esperanza a una sociedad que tiene problemas como todas?

– Desde luego la esperanza es una cuestión y una palabra que define mucho el trabajo de Cáritas. Y yo creo que la esperanza está en buscar el futuro en la confianza en la humanidad y en la confianza en las personas.

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