Javier Goyeneche, fundador y presidente de Ecoalf, trabaja a diario para conseguir un mundo mejor. Fabrica pantalones, camisas o abrigos con un método revolucionario que convierte la basura del océano en escama, luego en polímero y, por último, en el hilo con el que se hace la ropa. Un proceso de fabricación complejo y muy distinto a la mayoría de la industria que abre una esperanza y nos invita a pensar cómo estamos tratando a nuestro planeta.
Cada frase de Javier Goyeneche es una invitación a la reflexión. El fundador y presidente de Ecoalf, empresa española que fabrica prendas y accesorios con desechos que se arrojan al mar, trabaja a diario para conseguir un mundo mejor. La lucha por el futuro de las generaciones venideras y años de investigación medioambiental le han posicionado como uno de los mayores defensores del planeta y representante de la moda sostenible. Fabrica pantalones, camisas o abrigos con un método revolucionario que convierte la basura del océano en escama, luego en polímero y, por último, en el hilo con el que se hace la ropa. Nada que ver con los procesos de la mayor parte de la industria textil mundial. “Para hacer unos vaqueros es necesario usar 7.000 litros de agua, en una sudadera se emplean 4.500 y en una camiseta, 2.500”. Con esos datos, Goyeneche ya pone al interlocutor en alerta.
Ese trabajo científico y ese amor por la naturaleza que caracterizan su marca, le han llevado a tomar decisiones que no siempre son rentables a corto plazo. Lo hizo en 2015 al dejar de fabricar uno de sus productos más vendidos: un forro polar. Su equipo descubrió que cada vez que lavaban uno de esos forros, soltaba 20.000 microfilamentos contaminantes para el agua. “El planeta tiene una capacidad enorme de regenerarse si lo cuidamos un poco”. El fundador de Ecoalf predica con el ejemplo y llama al resto de la industria de la moda y a los consumidores a sumarse al movimiento sostenible. Por ejemplo, cambiando los métodos de elaboración y reciclando: “Tenemos que fabricar y consumir menos para dar una segunda, tercera o cuarta vida a los productos”. De lo contrario, el futuro de la población mundial no será bueno: “En 2050 seremos dos billones de habitantes más en la Tierra y no habrá suficiente agua, bosques o vertederos”.
”Lo que es barato para tu bolsillo puede resultar muy caro para el planeta"
Javier Goyeneche
Advierte que especialmente los jóvenes se han acostumbrado a un consumo rápido. Es decir, compran algo y lo tiran sin pensar en las consecuencias creando un círculo vicioso de generación de residuos. ¿Por qué no regalan los juguetes que ya no quieren o intentan reparar la tecnología que, aparentemente, ya no sirve? La respuesta está en la educación y en el crecimiento de empresas como la de Goyeneche, que apuestan por la sostenibilidad más que por un beneficio descomunal. “Me parece que una camiseta de cinco euros en una tienda de 3.000 metros cuadrados con 100 empleados puede ser muy barata para tu bolsillo, pero puede resultar muy cara para el planeta”.
El reciclaje es uno de los ejes fundamentales del discurso de Goyeneche, que, curiosamente, lo ve como un arma de doble filo: “Reciclar es la consecuencia de que tiramos muchas cosas al vertedero. Lo ideal sería que no tuviésemos que hacerlo”. Aun así, anima a niños, jóvenes y adultos a dar una segunda vida a las cosas. “Reciclar puede ser algo divertido y mágico, como, por ejemplo, saber que de una botella se puede sacar hilo para hacer un anorak chulísimo”.