Dios y el amor son las claves del mayor éxito de José Iribas: su familia. En una sociedad marcada por trabajos absorbentes que impiden la conciliación, promueven la competencia y fomentan el vivir para trabajar, este abogado con experiencia política y experto en alta dirección de empresas llama a la ciudadanía a reflexionar sobre lo que realmente importa para alcanzar la felicidad.

Iribas empezó el proyecto más importante de su vida el día de su boda. Tanto él como su mujer se emocionan al oír el sonido de las llaves en la puerta de casa al ser señal inconfundible de que alguno de sus cinco hijos, que les han dado cinco nietos, han ido a visitarles. El que fuera Consejero de Educación de Navarra está convencido de que sacar adelante una familia numerosa es sinónimo de una vida plena y muestra su preocupación por la baja tasa de natalidad europea, que afecta especialmente a España. Por eso, urge al Gobierno, a los empresarios y a los actores sociales a darle un lugar prioritario en su agenda a la protección de la familia. Por eso, defiende el teletrabajo y unos protocolos laborales más flexibles en cuanto al tiempo de permanencia en la oficina en los que se prioricen los objetivos de rendimiento. Así, dice, “las familias tendrán el derecho de conciliar y sacar adelante a sus propios hijos, que son lo mejor que uno tiene en la vida”.

Los “deberes” que Iribas marca para preservar el modelo de familia y sus valores también pasan por expresar el cariño al prójimo de manera cotidiana, sin necesidad de que una catástrofe o un hecho inusual como la pandemia sean lo que nos impulse a hacerlo: “En el confinamiento vimos quién nos apoya, quién nos acoge y quién nos quiere, pero debemos aprender a verbalizarlo y expresarlo. Eso nos ayudará a ser más felices y mejores personas”.

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