Celso Arango es médico psiquiatra, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón. Cada semana trata en su consulta a diferentes pacientes que manifiestan ser transexuales, por lo que hablamos de una voz autorizada que pone el conocimiento y la experiencia en el foco de este amplio debate social.
La aprobación en el Congreso y Senado de la Ley Trans ha generado una gran controversia social. Sobre todo, porque se trata de una ley que excluye la opinión de los expertos. Al doctor Arango le preocupa especialmente que se politice la vida diaria. “Los políticos que legislan sin escuchar a los expertos facilitan la puerta de entrada de la ideología, y eso ha pasado con la Ley Trans”.
Es cierto que en los últimos años se habla mucho más de este tema. El doctor Arango cree que esto se debe a que “la demanda de personas que son trans, o que dicen que lo son, es mucho mayor que antes. Este debate ya se ha vivido previamente en otros países. Países que nos llevan la delantera en esto muchos años. Y hay algo muy sano que es copiar mejorando, ver lo que han hecho los demás y no cometer los mismos errores”.
En cuanto a la ley, Arango afirma que tiene varios problemas, pero hay uno que destaca por encima del resto. Si una persona dice que es transexual, el único camino que se le plantea con esta ley es el de la hormonación y, posteriormente, el cambio de sexo. Algo con lo que no está de acuerdo Arango. “Es cierto que la ley ha prohibido las terapias de reconversión. Es decir, si hay una persona que es trans, no se le puede convencer de que no lo es. Eso está bien, pero hacer lo contrario y decirle a esa persona que solo hay una opción me parece muy peligroso”.
”En el futuro tendremos una ley mucho más sensata
Doctor Celso Arango
Otro de los puntos calientes de la Ley Trans es la edad mínima para iniciar un proceso de hormonación. “A los menores en este país no les dejamos comprar tabaco, no les dejamos comprar alcohol, no les dejamos conducir, ni vota… sin embargo sí los dejamos cambiar de sexo como si fuera algo mucho menos importante, cuando tiene una transcendencia fundamental”, argumenta el doctor Arango. “Para mí, la protección de los derechos del menor es fundamental. Y eso significa no dejarle tomar decisiones que puedan atentar contra él o ella y hacerlo de forma prematura”.
El director del instituto de psiquiatría del Gregorio Marañón tiene mucha experiencia en este asunto. Y la experiencia le dice que lo más importante en estos casos es la espera. “Nosotros estamos muy acostumbrados a ver a niños y adolescentes que un día tienen una cosa y al día siguiente otra. Y hemos aprendido a no precipitarnos. Solo cuando estamos seguros, y muy seguros de algo, proponemos algún tipo de intervención”, cuenta Arango. Pero advierte, “todo procedimiento médico tiene unos efectos secundarios y la operación es irreversible, y eso muchas personas lo desconocen. Por lo tanto, ese periodo de espera, de escucha y de estudio es fundamental… y el precipitarnos solo va a traer en el futuro personas que se van a sentir enormemente desgraciadas por tomar elecciones que en su día les parecieron muy positivas y luego no lo fueron”.